El CONICET, el Instituto Leloir, y la firma Vaxinz se unen para el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19

Se trata de una vacuna desarrollada por investigadores/as del CONICET que generó respuesta inmunitaria contra el SARS-CoV-2 en estudios preclínicos.

Investigadores del CONICET en el Instituto de Bioquímica de Buenos Aires (IIBBA, CONICET- Fundación Instituto Leloir) lograron importantes avances en el desarrollo vacuna de segunda generación que, en estudios preclínicos, indujo una respuesta inmune muy potente contra el SARS-CoV-2.

En este marco, el CONICET, la Fundación Instituto Leloir (FIL) y la compañía biotecnológica Vaxinz firmaron un acuerdo para desarrollar la vacuna y llevarla a ensayos clínicos.

“Queremos informar que los resultados de los estudios preclínicos confirman que la vacuna genera una respuesta inmune potente contra el virus SARS-CoV-2 en el 100 por ciento de los animales vacunados y que se mantiene durante al menos cinco meses sin decaer”, afirma Osvaldo Podhajcer, coordinador del proyecto, jefe del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular del IIBBA e investigador del CONICET.

CONICET

Fue en abril de 2020, que el investigador junto a su equipo de trabajo tomaron la decisión de aplicar «sus conocimientos en el uso de adenovirus como medio para la obtención de una vacuna de segunda generación diseñada para lograr una inmunidad duradera contra SARS-CoV-2 y que fuera efectiva con una única dosis”.

Monitoreo del suero de animales inmunizados

En paralelo, el grupo de Podhajcer desarrolló un sistema de pseudovirus que permitió demostrar que el suero de los animales inmunizados bloquea la entrada del SARS-CoV-2 a las células. “Este sistema, desarrollado por nuestro grupo, nos sirve para monitorear la eficacia de nuestra vacuna en la neutralización de las nuevas variantes emergentes a nivel global, especialmente las identificadas en Manaos, Sudáfrica y Gran Bretaña, ante la eventualidad de tener que producir vacunas complementarias que protejan contra esas u otras variantes”.

El CONICET y una alianza estratégica para el desarrollo de una vacuna

Julián Maggini, director médico de Vaxinz, señaló: “Es imprescindible crear capacidades locales para afrontar el desafío de la pandemia COVID-19. Necesitamos lograr un amplio acceso a vacunas y mantenerlas actualizadas para lograr protección a variantes nuevas del virus, por todo esto es esencial un proyecto regional. Argentina, Brasil y otros países de la región tienen las capacidades científicas y tecnológicas necesarias para esto. Nosotros apostamos a un modelo colaborativo con el sector científico para lograr este objetivo”.

El consorcio estableció una alianza con la Escuela Paulista de Medicina de la Universidad Federal de San Pablo (EPM, UNIFESP), liderada por su director, Manoel Girão, así como con el Laboratorio de Estudios en Virología y Patogenia Viral (LEVIP) de la misma casa de estudios para realizar los ensayos de neutralización de las distintas variantes del SARS-COV-2.

Buenas prácticas de manufactura

“Estamos iniciando el proceso de producción GMP (siglas en inglés de “buenas prácticas de manufactura”) con una empresa farmacéutica local, para después avanzar hacia los ensayos clínicos en seres humanos” señala Eduardo Cafferata, investigador del CONICET en el IIBBA y co-líder del desarrollo.

Una vez producida la vacuna bajo las normas GLP (siglas en inglés de “buenas prácticas de laboratorio”) y GMP, será utilizada en posteriores estudios preclínicos regulatorios y de eficacia. “Dado el contexto de pandemia que no cesa y la aparición de nuevas variantes, esperamos poder realizar los estudios preclínicos regulatorios y los estudios clínicos de fase 1 y 2 con la mayor celeridad posible, tal cual se ha realizado a nivel mundial con las vacunas de primera generación que se utilizan actualmente”, agrega Podhajcer.

Fuente: Conicet

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